El material escolar comprende gomas, lápices, rotuladores, pegamentos, estuches, plastilinas, etc. Estos productos, que están destinados principalmente a los más pequeños, deben ajustarse a unos requisitos de seguridad para evitar cualquier tipo de peligro para la población infantil.
En primer lugar, para saber que ese material cumple con la normativa y es, por tanto, seguro para los niños, es esencial que su etiquetado recoja la siguiente información:
- Nombre o denominación comercial del producto.
- Nombre o razón social del fabricante, distribuidor, vendedor o importador y su domicilio.
- Número de registro industrial del fabricante nacional, para productos de fabricación nacional, y número de identificación fiscal del importador para los importados.
- Advertencias de seguridad e instrucciones de uso, en el caso de que esta información sea necesaria para el uso seguro y correcto del producto.
- Los productos escolares que se consideran juguetes (témperas, plastilina, acuarelas, pintura para dedos…) deben llevar también en su etiqueta el marcado CE.
- En el caso de los pegamentos, pinturas y otros productos que puedan resultar tóxicos, debe figurar su composición, así como los símbolos e indicaciones de peligro. Todos estos datos se tienen que mostrar de forma clara, visible, imborrable, fácilmente legible y en castellano.
- Está prohibido que el material escolar tenga forma, color, olor o presentación de alimento. Esta apariencia engañosa supone un riesgo sobre todo para la población infantil que, pensando que es algo comestible, podría llevarse ese objeto a la boca y sufrir asfixia, intoxicación o daños en el aparato digestivo.
Fuente: Dirección General de Comercio y Consumo. CONSUMADRID