El 23 de marzo de 1525, una provisión del Emperador Carlos I de España y V de Alemania insta al Arzobispado de Toledo a devolver a los vecinos de San Sebastián de los Reyes lo cobrado en sus fiestas, incluido lo referente a "correr toros".
Sólo han transcurrido 33 años desde la fundación del municipio en 1492 por intercesión de los Reyes Católicos y ya existen documentos que asocian nuestras fiestas al hecho de "correr toros" por nuestras calles.
Las manifestaciones taurinas, que desde mediados del siglo XVI se han venido celebrando en San Sebastián de los Reyes, han ido creando, poco a poco, el patrimonio histórico de más arraigo entre los habitantes del municipio.
De las innumerables manifestaciones taurinas que a lo largo de su historia se han desarrollado en San Sebastián de los Reyes, el Encierro ha sido la más importante de todas ellas, constituyendo con el tiempo el rasgo más típico y diferenciador de nuestras fiestas.
Las corridas se encuentran depositadas en los Corrales de Suelta, donde se exhiben al público con varios días de antelación. La manga del Encierro actual data del año 2003 y cuenta con una longitud de 810 metros, una anchura que oscila entre los 6 y los 9 metros y una altura media del recorrido de 674 metros sobre el nivel del mar.
Las condiciones topográficas del terreno son favorables, en la mayor parte de la manga a las condiciones morfológicas de los toros, lo que hace que la carrera discurra a una velocidad vertiginosa, a la vez que altamente arriesgada para aquellos que corren en astas.
El Encierro se concibe en San Sebastián de los Reyes como una prueba de fuerza y habilidad entre el corredor y el toro -el toro de verdad, íntegro y nuevo; pleno de instinto, fortaleza y bravura-, en la que se pone en juego algo que, a veces, la emoción que se experimenta al correr toros nos hace olvidar: en el envite va la propia vida.
En la organización del Encierro prevalece el sentimiento de respeto al toro, que se ha ido transmitiendo de generación en generación, evitando cualquier atisbo de maltrato o vejación hacia cualquiera de los animales que participan en la carrera. Este hecho diferenciador hace que nuestros Encierros sean cada vez más grandes.
En la manga del Encierro se dan cita, año tras año, no solamente los magníficos corredores locales, que desde su niñez han soñado con el momento de correr delante de los toros, sino innumerables y experimentados corredores llegados de todas partes, prestos a participar en este rito singular que es el Encierro.
Nuestra cultura y las raíces de la historia de San Sebastián de los Reyes se han imbricado de tal forma con el Encierro, que ningún vecino de nuestra ciudad concibe las fiestas sin que, cada mañana, estalle el cohete que les hace estremecer, y anuncia que en nuestras calles se están corriendo toros. Desde el año 2015 se cambió el horario a las 11:00 horas para hacer un encierro más accesible y favorecer la feria de día, el cual ha tenido muy buena ace,ptación. En 2016, se instalaron gradas a lo largo del vallado para facilitar el acceso del público espectador con una capacidad de más de 1.000 asientos.
La memoria colectiva de San Sebastián de los Reyes ha convertido estos momentos en la esencia de nuestra singularidad histórica. Es suficiente una visita a uno de nuestros Encierros para percibir la raigambre y la fuerza de este espectáculo popular. Se trata de una visita obligada que, seguro, satisfará a todos aquellos que saben buscar y encontrar el aroma de un pueblo que conserva, defiende y cultiva la tradición de un Encierro, Encierro concebido y conservado en estado puro, los Encierros de Madrid.