Breve historia sobre la creación del cementerio

Breve historia del Cementerio municipal


Breve historia del cementerio municipal.

Santiago Izquierdo González, Archivero emérito y Cronista Oficial de San Sebastián de los Reyes.

El Cementerio Municipal de San Sebastián de los Reyes, conserva una comunicación de una Orden de 26 de abril de 1804, en la que se insta para que en todos los pueblos del reino procedan a la construcción de cementerios, y para ello se acuerdan unas determinadas reglas, de entre estas destacaremos y resumiremos algunas:

"Se  deben construir los cementerios fuera de las poblaciones, y a la distancia conveniente, en parajes bien ventilados, y cuyo terreno por su calidad sea el más a propósito, evitando el más remoto riesgo de filtración con las aguas potables del vecindario, estos terrenos deberán ser reconocidos por profesor o profesores de medicina acreditados.”

"Si el informe es que concurren cualidades en el terreno elegido, se formará por el arquitecto, o en su defecto por el maestro de obras o alarife, el conveniente plano y el cálculo que ascenderá a la ejecución. Estos deberán estar cercados en la altura suficiente para impedir que puedan entrar en ellas personas o bestias capaces de causar alguna profanación.”

"Se aprovecharán para capillas de los cementerios las ermitas situadas fuera de los pueblos, si no existieran convendrá que se construyan habitaciones para los capellanes y los sepultureros”.

En el caso de San Sebastián de los Reyes no se procede a crear el cementerio hasta el año 1817. Se conserva el borrador del acta:

"En San Sebastián de los Reyes, a primero de mayo de mil ochocientos diecisiete, estando juntos los señores que componen el Ayuntamiento, don Pedro Gregorio del Castejón, cura párroco; don Antonio Gutiérrez Díaz y don Juan de Barroeta, médico y cirujano titulares, con el fin de señalar sitio donde poder hacer el cementerio, en la ermita que está distante de este pueblo 450 varas, y en razón de ser el sitio más a propósito para ello por estar al norte y en un cerro ventilado, sin tener manantiales y habiendo hecho comparecer a Ruperto de Castro, examinado de alarife, midió el sitio que nos pareció a todos que está colindante con la ermita, por la cual ha de hacerse la entrada a dicho camposanto."

El motivo de este retraso en construir el cementerio se debió a la falta de recursos económicos para efectuarlo, debido principalmente a los gastos originados por el mantenimiento de las tropas francesas acantonadas en la localidad.

Por otra parte ya se había llegado a una situación límite, en un documento fechado el 22 de marzo de 1817, se informa que se estaba dando tierra a los cadáveres en una ermita muy pequeña que quedó arruinadas a la entrada de las tropas francesas en primero de diciembre de 1808, y por necesidad hay que verificarlo fuera del recinto, expuesto a que los animales, saquen alguno de los últimamente sepultados, y habiéndose verificado la venta de la fábrica de jabón con su almacén de aceite, además de una casa con su tahona y jardín, que han prod,ucido unas alcabalas de ocho mil reales, y que mediante esta suma hay caudal suficiente  para fabricar un cementerio para el enterramiento de los vecinos del pueblo y con el fin de evitar mayores males.

La ermita pequeña, que quedó arruinada se refiere a la de la virgen del Socorro, que estaba junto al Hospitalillo, cuyo solar conforma la actual Plaza de la Fuente, en el paraje conocido como Alto Socorro.

La ermita a que se cita en el acta de 1817 es la que se levantaba en honor de San Roque, tristemente desaparecida a finales de los años sesenta del pasado siglo, cuyo solar hoy forma parte del cementerio municipal.