Laura RODRÍGUEZ / San Sebastián de los Reyes, Madrid / 25.06.2018
Rachas de temperaturas muy elevadas que pueden llegar a producir efectos graves en la salud. Las llamamos olas de calor y vienen acompañadas por alertas para toda la población, especialmente para los bebés, los mayores y las personas enfermas. Y cada verano recordamos ciertas precauciones que es conveniente tomar para superarlas sin más dificultades.
Son los servicios de emergencias los que nos recuerdan que, para prevenir los golpes de calor y otros efectos, hay que beber con frecuencia, aunque no tengamos sed, para mantenernos hidratados, sobre todo agua; hacer comidas ligeras y fresquitas; evitar salir a la calle en las horas más calurosas; protegerse del sol, llevar ropa ligera, de tejidos naturales, y evitar hacer ejercicio al aire libre; no dejar a nadie en el interior de un vehículo (tampoco a las mascotas); y en caso de notar indisposición, agotamiento, calambres o mareos, pedir ayuda.